domingo, 29 de junio de 2008

In fraganti


López Gómez, la calle, la acera, vertebrando la vieja universidad con la Plaza España, cuántos recuerdos, cuántos paseos, cuántos recorridos. Quién me iba a decir que algún día Rayuela estaría allí.



Entrar en Rayuela nada más abrir la librería y pillar al personal in fraganti. Charo...guten morgen, bonjour, bon dia, buenos días...


Leticia colgada del teléfono, alguien que la incordia de par de mañana.

Charo, entre el móvil que no cesa mientras abre el ordenador...Pedidos, facturas, mensajes, puesta al día de novedades y devoluciones si ha lugar...



Entre la contabilidad y la limpieza...Tiempo para la administración y para ordenar el nuevo día.
Luis debe estar por el almacén. Inma libraba el sábado.Y Samuel va a otra bola y no se le ve a cualquier hora. Otro día les pillaremos.


Pero el repaso por la tienda es circular, en su cuadrángulo. Un recorrido llano, donde no hay roturas de continuidad, donde se pasa de una sección a otra sin agobios ni escalones ni fronteras. El troncocono invertido de azul es como un rayo minoico. Las estanterías te llevan de unas a otras secciones y los estantes de pie no ponen trabas. Los colores del techo y de las paredes incorporan viveza y alegría a un mundo donde las palabras registran todos los colores de los significados y de las expresiones. Como la literatura misma, como la indagación, la imaginación, los descubrimientos. Plural y pigmentaria, Rayuela respira vida propia. Primera hora de la mañana, los espacios ordenan el surtido de los libros. Un mundo que acoge muchos mundos. Donde atreverse, donde soñar, donde precipitarse catárticamente porque la necesidad del vivir de cada día nos reclama un conjuro: leer.







viernes, 6 de junio de 2008

Vestido rojo, hombre gris



La vida es ese teatro en el que cada uno de nosotros representamos más de un personaje.

El hombre, masculino, aúlla en la oscuridad de su alma gris. Su hipocresía le conduce una y otra vez a adoptar el papel que cree que ha venido a manifestar aquí y ahora sin saber que más allá de su estadio, sus entrañas le mortifican.

El hombre, masculino, se relaciona con mujeres peligrosas que le invitan para que acepte que él ha venido para cumplir otro papel. Merodea con hombres fuertes, feminizados, su sangre late, su carne se descompone cada día, no es feliz, sus vísceras le devuelven una y otra vez su bilis negra de cólera y arremete contra las mujeres que han descubierto ya en él su otro lado, ese otro lado que él como macho no acepta, pero que desea con hambre. Cierra la puerta del armario, oculta su propio cadáver, el esqueleto permanecerá allí, en ese cubil oscuro y abandonado, como si no existiera.

El hombre esqueleto examinará las cosas, decidirá cuándo es el momento de que muera un lugar, una cosa, un grupo o una relación.

El hombre, ya no tendrá nunca nombre...



La china.3

miércoles, 4 de junio de 2008

González Yáñez

María Calleja nos pasa la siguiente comunicación, que reproducimos con gusto:

La Fundación Segundo y Santiago Montes, Valladolid, se complace en invitarle a las Mesas Redondas que tendrán lugar en su sede los días 5 y 6 de junio, en torno a la figura de Rafael González Yáñez, un hombre que desarrolló una importante tarea social y comunitaria en nuestra Ciudad en unos años cruciales para la misma y en muy diversos campos. Fue periodista tanto en la prensa escrita como en la radio, Concejal del Ayuntamiento de Valladolid, Director de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (1976-1977) e integrante del Comité de Dirección del Festival (1978-1983). González Yánez, persona de una inteligencia natural poco común, de una voluntad y capacidad de trabajo extraordinarias y de una generosidad sin límites, une a estas cualidades su preocupación por el impulso de los derechos humanos y el acceso de todas las personas a los bienes y servicios de la cultura.

Fundación Segundo y Santiago Montes.
Calle Núñez de Arce nº 9. 47002 Valladolid.
Días 5 y 6 de junio a las 20 horas.


Entrada libre hasta completar el aforo de la Sala